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sábado, 27 de septiembre de 2014

PRESENTACIÓN DEL PREGONERO DE LES FESTES DE SANT MIQUEL

El pasado día 20 de septiembre tuve el honor de presentar al pregonero de les Festes de Sant Miquel. 2014, el Reverendo Don Ricardo Vicedo López. 








PRESENTACIÓN DEL RVDO. D. RICARDO VICEDO EN LA CENA DEL PREGÓN DE LES FESTES DE SANT MIQUEL DE L ́ERMITA
21,30h. SÁBADO 20 DE SEPTIEMBRE 2015


Molt bona nit. Senyor Alcalde En Jaume Lloret, Senyora Regidora de Festes Xaro Escrig, i altres autoritats de l'Il·lustríssim Ajuntament de la Vila Joiosa. Senyor President de la Comissió de Festes de L ́Ermita i els seus components, que de manera tan abnegada preparen cada any aquest entranyable sopar; Autoritats Eclesiàstiques, veïns de L ́Ermita i de tota La Vila, forasters i amics tots.
Fa algunes setmanes se'm va oferir l'immens honor d'obrir aquest acte amb la presentació del nostre pregoner de les festes de Sant Miquel d ́enguany. No tinc paraules per poder agrair adequadament el que això significa per a mi, ja que ser el que dóna pas a algú que ha significat tant per a L ́Ermita i per tota La Vila, no és poc.
El Reverendo Sr. Don Ricardo Vicedo López nació en 1940 en el Hondón de las Nieves. Sintió la llamada al sacerdocio e ingresó en el Seminario Diocesano de San Miguel de Orihuela. Tras completar una intensísima formación filosófica y teológica, se licenció en Estudios Eclesiásticos y fue ordenado sacerdote en 1964.
Además Don Ricardo estudió la carrera de Magisterio en la Universidad de Valencia.
Pocos saben que durante sus años de seminario Don Ricardo sufrió un accidente en el que estuvo a punto de perder la vida, al caerle desde lo alto del campanario, de la capilla del Colegio Oratorio de Orihuela, el badajo de una de las campañas que volteaban en lo alto. Tuvo que ser operado a vida o muerte. Dios lo protegió porque tenía grandes cosas preparadas para él.
Tras su Ordenación pasó por varios destinos pastorales en Elda, Orihuela, S. Felipe Neri, y Valencia, realizando su ministerio pastoral en parroquias, y colegios. Hasta que en 1983 vino a L ́Ermita como cura-párroco de la Parroquia de San Antonio Abad. Por su forma de ser cercana y su gran corazón no tardó en ganarse a todos los ermitaños. ¡Cuántos recuerdos llenarán el alma de Don Ricardo al ver la puerta de esta Vicaría, que fue su casa durante tanto tiempo.
En 1987 se lanzó Don Ricardo a un proyecto audaz, que por aquellos años no se le habría ocurrido a nadie: instalar en las habitaciones de la maquinaria del antiguo reloj de Don Álvaro Esquerdo un pequeño estudio de televisión desde el que se difundieran las noticias de La Vila y el mensaje del Evangelio. Nacía la Televisión Vilera. Años después sus estudios se ampliarían en la planta baja del edificio del colegio que tenemos aquí.
Adelantado a su tiempo, Don Ricardo, con la labor que realizó como sacerdote y su trabajo en la Televisión, señaló de modo profético un nuevo modo de evangelización, que el Concilio Vaticano II dejó escrito en el Decreto Inter Mirifica: “Todos los hijos de la Iglesia, de común acuerdo, tienen que procurar que los medios de comunicación social, sin ninguna demora y con el máximo empeño, se utilicen eficazmente en las múltiples obras de apostolado”.
Don Ricardo, sacerdote en la iglesia y también detrás de una cámara, se convirtió en testigo deexcepción de la vida de los vileros. Por ello, bien podría ser calificado como el cronista gráfico de La Vila Joiosa, pues ha dejado a sus espaldas un ingente patrimonio audiovisual de nuestro Pueblo, cuya conservación, digitalización y catalogación son un acto de justicia con la memoria de La Vila Joiosa, con nuestra Historia.
Además de la Televisión Vilera, Don Ricardo fundó, dirigió y produce el programa “De Par en Par”, que se emite semanalmente en más de 40 emisoras locales, cuenta en su haber con casi 700 programas emitidos, y que por su calidad recibió en 2010 el Premio Bravo 2010 al “Trabajo Diocesano en Medios de Comunicación” de la Conferencia Episcopal Española.
Desde 1983 a 2005 Don Ricardo pasó 22 años en La Vila; fue cura-párroco de La Ermita, administrador parroquial de Orcheta, cura-párroco de Nuestra Señora del Carmen, Arcipreste, y profesor en el Instituto de Enseñanza Secundaria Marcos Zaragoza.
Siempre estuvo junto al que lo necesitó, junto a los jóvenes, junto a los niños, junto a los enfermos, junto a los pobres. Y así realizó su apostolado, y nos mostró con el testimonio de su vida que en el perdón, en la caridad y en la compresión, está la sonrisa de Dios.
Don Ricardo, ud. acaba de celebrar sus 50 años como sacerdote. Unas bodas de oro sacerdotales recuerdan al sacerdote el camino recorrido, las almas por las que ha pasado. Ud. pasó por las nuestras; todos le debemos mucho, La Vila Joisosa le debe mucho.
Todavía hoy le echamos de menos, echamos de menos oír la Salve Marinera al cierre de emisión de la Tele Vilera cada noche. Hoy tenemos la suerte de tenerlo aquí con nosotros otra vez, para escucharle y sentir como que el tiempo no ha pasado, porque las cosas grandes permanecen para siempre.
Recibamos con un gran aplauso a nuestro pregonero de este año 2014: Don Ricardo Vicedo López. 





















lunes, 5 de mayo de 2014

¿QUÉ HA SIDO DE LA MEMORIA SOCIAL DE DON ÁLVARO ESQUERDO ESQUERDO?

Colegio y residencia de maestros y sacerdote, 
fundación del Dr. D. Álvaro Esquerdo, en La Ermita.
Procedencia: Josefa Lloret Esquerdo


Nunca olvidó Don Álvaro su querida Ermita de Villajoyosa, su patria natal; a ella volvía siempre que sus múltiples obligaciones profesionales le dejaban. Cuando su economía se lo permitió, construyó una casa junto a la que le vio nacer y a la antigua barbería de su padre. En esta preciosa residencia pasará los periodos de descanso, cerca de su hermano Pedro que para las vacaciones se instaló en La Mediasa −como ya se ha dicho−. 

Pero no sólo se acordó de su tierra como lugar de descanso, sino que se desveló por elevar social y culturalmente a Villajoyosa, sabedor de que el progreso de una sociedad está asentado sobre bases intangibles.

El 27 de septiembre de 1909 se inauguró el Colegio de La Ermita, construido a expensas de Don Álvaro Esquerdo. En la construcción de este grupo escolar Don Álvaro no perdió detalle; se preocupó de que hubiera casa para los maestros, y para el sacerdote encargado de asistir espiritualmente a la institución y de participar en la Junta de Instrucción. Con estas palabras, extractadas del discurso de Don Álvaro el día de la inauguración del Colegio, daba muestra de su amor por La Ermita: «este edificio no representa para mí el valor material de una casa, sino que es un templo levantado para el culto de las cosas queridas, y por lo tanto un trozo de mi alma y una parte de mis pensamientos, que cedo a mis paisanos»(1).

 Para la cesión del edificio al Ayuntamiento de Villajoyosa, puso como condición que se respetara la voluntad de los donantes: dedicar exclusivamente dicho edifico sólo para lo que fue destinado. Además, el médico, compró y donó todos los materiales, desde pupitres a los más modernos instrumentos didácticos. Posteriormente se construyó sobre el edificio una torre con reloj, que también costeó Don Álvaro.

En la fachada del edificio del Colegio pueden leerse sendas inscripciones que rezan así: «Año 1908. Doctor Don Álvaro Esquerdo Esquerdo. Hijo de esta Partida. Tributo de reconocimiento a sus padres, a su País, y a la Escuela»; «Público testimonio de gratitud que el Ayuntamiento dedica a los Sres. Dr. Don Álvaro Esquerdo y Don Juan B. Samper. Por haber levantado el primero este edificio con destino a la juventud escolar sobre los terrenos cedidos a este fin por el segundo de estos señores».

El curso comenzó en este Colegio con 115 niños, siento el primer maestro Don José Pons Nogueroles (2).

A esta labor educativa sumó la fundación de becas para los estudiantes.

Con motivo de la celebración del centenario del Colegio de La Ermita, el Ayuntamiento de Villajoyosa publicó un libro titulado: L´Ermita, 100 anys d´un col-legi (La Ermita, 100 años de un colegio)(3)donde se recoge la historia de la enseñanza en el Barrio. En dicha publicación se puede leer un extracto del Acta de la sesión ordinaria municipal del día 18 de octubre de 1908 (folios del 52 al 59 del libro de acuerdos de 1908-1909), y que trata de la cesión de los terrenos y del edificio:

«Previa orden del Señor Presidente procedí yo el Secretario a la lectura de una exposición suscrita por los Señores Doctor Don Álvaro Esquerdo y Doña Josefa Nogueroles, viuda de Don Juan Bautista Samper Aragonés, en la que los exponentes manifiestan a la Corporación Municipal el haber cedido la segunda los terrenos y construido el primero sobre ellos un edificio de nueva planta con destino a Escuelas públicas y casa para uno de los vicarios del Barrio de San Antonio de las Huertas de esta villa; siendo su propósito cederlo gratuitamente a este Municipio, si la Corporación que lo representa se sirve aceptar la oferta bajo las siguientes bases, encaminadas a dar toda clase de seguridades de fidelidad y permanencia a la finalidad tan perseguida por los donantes. Bases para la cesión de un edificio destinado a Escuelas Públicas, habitación para los Maestros y vicario de la partida de San Antonio que presentan Don Álvaro Esquerdo (Esquerdo) y Doña Josefa Nogueroles a la aprobación del Ayuntamiento de Villajoyosa. Habiendo construido Don Álvaro Esquerdo un edificio, en la partida de San Antonio de Villajoyosa, de veintidós metros de largo por doce de ancho con patios de cuatro metros cercados detrás y patios de cuatro delante, aljibe, excusado, planta baja y piso alto en toda la extensión del edificio y un segundo piso de seis metros por cuatro en el centro del edificio, cuyo edificio se halla emplazado en terrenos cedidos por Doña Josefa Nogueroles en cumplimiento de la voluntad expuesta por su difunto esposo Don Juan Samper, y teniendo que procederse a la cesión al Ayuntamiento de Villajoyosa con destino a escuelas para niños y niñas y habitación de un vicario de la Ermita de la partida referida, según promesa  hecha por Don Álvaro Esquerdo y convenio estipulado entre dicho Señor y Doña Josefa Nogueroles en la escritura de cesión del terreno necesario ante el Notario don Isidro López en 23 de octubre de 1906. Reunidos Don Álvaro Esquerdo y Doña Josefa Nogueroles de una parte como donantes y de la otra como aceptante el Alcalde Presidente del Ayuntamiento, han acordado formular y aceptar las siguientes bases de convenio para regularizar y legalizar la cesión de dichos edificios y terrenos.

PRIMERO. -Don Álvaro Esquerdo se propuso dotar a la partida de San Antonio de Villajoyosa de un edificio propio para una Escuela de Niños, Escuela de Niñas y habitación para un vicario, para lo cual, careciendo de terrenos en donde poder hacer la edificación, solicitó la cooperación de Don Juan Samper, quien, con su desinterés digno de todo encomio, ofreció a Don Álvaro Esquerdo todo el terreno necesario, y Doña Josefa Nogueroles, heredera universal de Don Juan Samper, le hizo la correspondiente cesión de dicho terreno por haber fallecido, según consta en la referida Escritura de cesión. Doña Josefa Nogueroles se impone para ella y sus sucesores ciertas obligaciones en los terrenos de su propiedad colindantes y se reserva derecho sobre el terreno ocupado, a falta de cumplimiento de las condiciones estipuladas. Don Álvaro Esquerdo ha construido dicho edificio con local para Escuela de Niños, local para Escuela de Niñas y locales para habitación de los Maestros y al Vicario, quienes son los que han de intervenir en la Instrucción y educación de los niños. Tanto Don Álvaro Esquerdo como Doña Josefa Nogueroles están conformes y dispuestos a hacer la cesión definitiva mediante ciertas condiciones que no tienen otro objeto que el de asegurar el destino, conservación y utilización del edificio tal como ha sido la voluntad de los donantes.

 SEGUNDA. - Aunque el edificio es único, hállase bien dividido en seis partes, cada una de las cuales está destinada a un objeto distinto, teniendo sólo de común el aljibe que ha de servir igualmente para las Escuelas, para los Maestros y para el Vicario. Además, los excusados, aunque ubicados en la parte central posterior del edificio, están divididos en tres series para que puedan utilizarlos independientemente cada Escuela y sus respectivos Maestros y el Vicario. [...] Al hacer la cesión del edificio y terrenos con todas sus cargas y derechos, los donantes se reservan el derecho de Patronato para evitar que en cualquier tiempo puedan ser destinados a otro objeto que aquel para el que fueron construidos y cedidos. En consecuencia, podrán de por sí mientras vivan ejercer dicho Patronato o nombrar un delegado que lo represente. A su fallecimiento les sustituirán en este derecho las personas designadas en testamento o por documento privado y a falta de estos el heredero más directo y de más edad y siendo preferentes los que en igualdad de derecho sean varones y residan en Villajoyosa. Cuando un heredero con derecho a ello no quisiera aceptar o no reclamara el cargo, podrá sustituirles el heredero más inmediato que lo reclame; cuando, por falta de herederos que lo reclamen, hubiese de quedar abandonado el derecho, constituirán el Patronato el Alcalde, el Cura Párroco y le Juez Municipal de Villajoyosa. Cuando las personas que tengan derecho al Patronato no puedan o no quieran intervenir directamente, podrán nombrar un delegado por cada parte, el cual formará parte de la Junta de Instrucción Pública o puede agregarse a ésta para intervenir en todo lo concerniente a la conservación, reforma del edificio, así como para hacer cumplir lo preceptuado en este contrato. Si los delegados nombrados no formasen parte de la Junta de Instrucción Pública o no pudiesen tener intervenciones, ésta, o no fueren atendidos por ella, se constituirá el Patronato por los mandatarios o un delegado el Alcalde, el Cura Párroco o el Juez Municipal, en cuyo caso este Patronato tendrá por especial misión la de velar por el cumplimiento de este contrato y resolver cualesquiera dudas que ofrece su aplicación. No obstante, cualquiera de las partes que tenga derecho al Patronato podrá de por sí solo entablar reclamación cuando no se cumplan las condiciones preceptuadas en este contrato hasta conseguir la nulidad de la cesión, si fuera necesario. 

CUARTA.- En caso de que el edificio y terrenos anexos fueren dedicados a otro objeto que el establecido en este contrato, cualquiera que fuere el tiempo transcurrido, se considerará caducada la cesión y, por tanto, Don Álvaro Esquerdo y Doña Josefa Nogueroles, o a falta de ellos, los herederos, podrán reclamar la nulidad de la cesión e incautarse de los terrenos y edificios para destinarlos a Escuelas libres o establecimiento de beneficencia con la correspondiente Vicaría. Pero de ningún modo podrán destinarlos a fines particulares. Igualmente tendrá que procederse en caso de que el Ayuntamiento abandonase el edificio, entendiéndose por abandono la supresión de las Escuelas de la partida o traslado de éstas a otro local. 

QUINTO.- Bajo ningún concepto podrá edificarse en los terrenos cedidos anexos a lo hoy verificado, como tampoco podrá hacerse reformas de edificación y distribución en lo actualmente edificado a no considerarlo necesario la Junta de Instrucción Pública y tener el consentimiento previo del Patronato. [...] 

DECIMOPRIMERA.- El Ayuntamiento, al adquirir la posesión del edificio y terrenos anexos, contrae la obligación de defender todos los derechos que se consignen en la escritura de cesión de terrenos, tanto para el terreno cedido, como para el colindante, pudiendo, si el Ayuntamiento no lo hace, considerarse como abandono para los efectos de este contrato. Villajoyosa. 13 de octubre de 1908. Josefa Nogueroles, viuda de Samper. Álvaro Esquerdo. Enterado el Ayuntamiento de la exposición leída y bases contenidas en la misma, acordó por unanimidad, aceptarlas en todas su partes si, como es de esperar, resultan favorables los informes técnicos a que obliga el oportuno expediente».




Por la obra educativa y social que realizaba el doctor, el Ayuntamiento solicitó para Don Álvaro la concesión de la Cruz de Alfonso XII. Con motivo de la imposición de tal distinción, Don Álvaro escribía: «Nunca he visto que un niño en el día de su bautismo rompa a hablar: todo lo más que hace es estarse quieto o lloriquear. Para mí el acto de hoy representa un segundo bautismo y por lo tanto no debería hablar; pero las circunstancias son distintas y me veo forzado a deciros alguna cosa mas que no sea de mi agrado. No esperéis un discurso porque con la emoción que me produce el acto, ni sabría ni podría hacerlo.

Cuando construí el edifico que ha motivado estas distinciones, podéis creerme, no lo hice con la espera de ninguna recompensa material; pero sí con la esperanza de una recompensa moral y hasta... así habrá el convertir en el reconocimiento del pueblo, en agradecimiento de estos vecinos y en el provecho que representarán los niños. Como todo esto lo he visto bien demostrado con ello quedaba ya de sobras pagado. La satisfacción que experimento cuando veo entrar y salir a los niños de la escuela, lo que esto representa de mejora de educación y cultura son cosas que no se valoran hoy pero que darán fruto un día [...].

Quiero sí al pueblo de Villajoyosa como patria chica, pero quiero más todavía a esta Ermita como vosotros queréis todos a vuestra casa y dentro de ella a la alcoba en que dormís. Así pues, no han de extrañaros mis preferencias, no habéis de recelar por lo que yo haga por este barrio y habéis de disculpar mi deseo de verlo levantado y respetado»(4).

Pero su labor social se extendió también a otros campos. Financió la creación de una sala de operaciones en el hospital de Villajoyosa, costeando el instrumental quirúrgico, así como el mobiliario y la ropa de cama.




También construyó Don Álvaro un colegio en el centro de Villajoyosa, que hoy lleva su nombre. Pero no pudo ver terminada esta gran fundación, pues el Dr. Esquerdo murió el 25 de abril de 1921, a la edad de 68 años, aquejado de una angina de pecho.


FUENTE: GALLARDO VALENZUELA, JUAN ANTONIO, Una memoria propia.



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1. ALCARAZ SANTONJA, ALBERT (Cord.), L´Ermita, 100 anys d´un col-legi, Ed. Ayuntamiento de Villajoyosa, Concejalía de Educación, Gráficas Llinares, Villajoyosa 2011, pág. 60.
2. Ibidem, pág. 61. Don José Pons Nogueroles fue maestro en La Ermita desde 1891.
3. Ibidem, págs. 49 y ss.
4. Ibidem, pág. 63.

miércoles, 20 de marzo de 2013

NUEVOS RESTOS DEL CONVENTO AGUSTINIANO DE LA VILA JOIOSA



El pasado 9 de marzo se hacía pública la noticia de la aparición, por causa de unas obras para canalizar  gas, de restos del antiguo convento agustiniano de San Pedro y Santa Marta que hubo en La Vila Joiosa.

En este blog ya hemos hecho mención a este convento y su fundación al referirnos a Fray Miguel Agulló, hijo de Villajoyosa. Echaremos mano de mi libro "Una memoria propia", para arrojar luz sobre la historia de este convento que tanto bien hizo a la Marina Baixa y que, como pago, fue injustamente demolido. La vida de los frailes agustinos en La Vila fue verdaderamente ejemplar; no se ha dicho suficiente sobre los más de dos siglos que estos religiosos estuvieron en La Vila Joiosa.


EL CONVENTO AGUSTINIANO DE LA VILA

El análisis de las necesidades religiosas y culturales de la sociedad es crucial para la historia, no sólo para comprender un momento puntual del pasado, sino para descubrir las características en las que se nos muestra la identidad de un pueblo. Aunque esto es algo evidente para cualquier historiador, es necesario remarcar este elemento a la hora de abordar la historia de Villajoyosa.

El hecho de que se fundara un convento agustiniano en La Vila es un dato que nos dice fundamentalmente dos cosas: en primer lugar, constatamos que Villajoyosa ha sido históricamente una ciudad muy importante −como venimos viendo−; y en segundo lugar, descubrimos una ciudad que históricamente ha tenido unas profundas raíces cristianas. Añádase a esto último la tradición de la especial protección de la patrona Santa Marta sobre los vileros.

A principios del siglo XVII la villa de Villajoyosa era la más poblada e importante de todas las localidades existentes entre Benissa y Alicante. A causa de sus necesidades religioso-culturales se fundó en 1607 el desaparecido convento de Ermitaños de San Agustín, con el título de San Pedro y Santa Marta, cuya comunidad perduró hasta la desamortización decretada por el ministro Mendizábal en 1835; sus edificios fueron demolidos a mediados del pasado siglo XX. La desaparición de sus muros conventuales, y la persecución religiosa y anticlerical de 1936-1939, no han podido impedir que llegara hasta nosotros abundante documentación sobre este convento.

Y es que estos documentos no sólo son imprescindibles para recordarnos que hubo un convento en Villajoyosa −injustamente destruido a pesar de la encomiable labor social que realizaba, ya que los frailes atendían una escuela de niños, acudían al lado de los enfermos y moribundos, predicaban en los pueblos comarcanos y eran vicarios y organistas de la parroquia−, y por ello necesarios para acercarnos a la historia de la ciudad, sino también para pergeñar la historia del barrio de La Ermita, ya que su ermita y algunas haciendas serían administradas por aquella comunidad de agustinos, nada más y nada menos que durante más de dos siglos.

Recuperar la documentación de dicho convento no es tarea fácil, ya que después de la citada desamortización, los archivos de la Provincia agustiniana de Aragón, a la que pertenecía el convento de La Vila, se dispersaron por la geografía española (algunos seguramente se perderían para siempre). Además, muchos archivos ya habían sido destruidos por los soldados franceses cuando, con motivo de la Guerra de la Independencia, entraron en Villajoyosa el 5 de febrero de 1812 saqueando y expoliando todo lo que encontraron de valor en ella. Después, con la exclaustración del Trienio Constitucional (1820-1823), los frailes tuvieron que abandonar su convento. Si, como se ha dicho y pasamos seguidamente a analizar, se hacían cargo los conventuales de la ermita de San Antonio de La Huerta, y de algunas haciendas del lugar, no es de extrañar que algún fraile forzosamente exclaustrado permaneciera en la ermita o escondido en alguna casa cercana, con el objeto de salvar su propia vida.

No es poco lo que sufrieron los frailes agustinos, no solo con motivo de la Guerra de la Independencia. Nos relata el Dr. Zaragoza en la Separata de la Revista Agustiniana, que se cita más abajo: «Al sobrevenir el cambio de gobierno en España, con el Trienio Constitucional (1820-23), las Cortes determinaron la supresión de la mayor parte de los conventos y monasterios de la Nación, pero los frailes agustinianos continuaron por algún tiempo en el convento de Villajoyosa, porque la villa se había decantado a favor de los realistas. Mas, como no había superiores en funciones, el convento quedó sometido a la visita del arzobispo de Valencia. La última visita regular tuvo lugar el 23 de agosto de 1820 y, por encargo del arzobispo de Valencia, el párroco de Benidorm, D. Bernardo Monzó, tuvo capítulo con los frailes el 3 de septiembre de 1821. No obstante, al final tuvieron los frailes que abandonar su convento, porque, como nos cuenta el procurador del mismo: “El 3 de agosto de 1823 desembarcaron en esta playa hostilmente los constitucionales de la plaza de Alicante al mando de un tal Bazán, los que después de haber atropellado a los religiosos que no habían huido, saquearon las oficinas y la mayor parte de las celdas del convento con orden para incendiarlo, que no pudieron poner en práctica, por haber llegado estando en el saqueo los realistas, al mando del coronel (hoy brigadier) D. Francisco Samper, que los derrotó e hizo reembarcar”». 

Parte de los documentos desamortizados fueron a parar al Archivo Histórico Nacional. El Dr. Don Ernesto Zaragoza Pascual realizó en su momento un estudio de dicha documentación, informándonos exhaustivamente −como no se había hecho antes− sobre el convento agustiniano de La Vila.  Gracias a esta investigación histórica sabemos hoy que la ermita de San Antonio estuvo a cargo de esta comunidad desde 1607 a 1835, así como importantes haciendas del barrio del mismo nombre. 

En estos documentos, escritos en valenciano, se encuentran recogidas las cláusulas del contrato que el Consell de La Vila realizó para la construcción del convento; en ellos se hallan noticias que hacen referencia a la ermita de San Antonio que pasa, desde entonces, a depender del convento(1); a partir de este momento la documentación de archivo de la ermita estará en manos de los frailes agustinos: 

«Obtenida la licencia de la Orden y del Patriarca, el 14 de mayo de 1607 se reunió de nuevo el Consell de la villa y ante el notario Josep Julià se hicieron les capitulacións y tractes que y a entre los frares e religió de St. Agostí ab los vehins y habitadors de la vila de Vilajoiosa  (los capítulos y tratos que hay entre los frailes y la orden de San Agustín, los vecinos y habitantes de la villa de Villajoyosa), que son estos: [...]

3. Item, que lo dit convent y monestir estiga obligat a venir y acompañar les processons que es faran por raó del poble, com són les lletanies, processons per aigua y altres votives por lo poble, la Nostra Señora de Agost, el Corpus, de Sta. Marta y altres accidentaris, per raó de algun jubileu o altres respectes, pagant lo oficier de Sta. Marta y San Antoni, conforme synodo, als frares que cantaran, y a tot lo demés gratis. 

(3. Asimismo, que el dicho convento y monasterio esté obligado a asistir y acompañar las procesiones que se hagan por razones del pueblo, como son las letanías, procesiones por agua y otras votivas por el pueblo, Nuestra Señora de Agosto, el Corpus, de Santa Marta y otras ocasiones, por razón de algún jubileo u otras respectivas, pagando al oficiante de Santa Marta y San Antonio, conforme al sínodo, a los frailes que canten, y todo lo demás gratis.)

6. Item, que lo dit convent y monestir estiga obligat a predicar en la parroquial de la presente vila lo dia de Ntra, Sra. de Agost y St. Antoni y lo dia de Santa Marta, que son festes votives del poble.

(6. Asimismo, que el dicho convento y monasterio está obligado a predicar en la parroquia de la presente villa el día de Nuestra Señora de Agosto y de San Antonio (Abad) y el día de Santa Marta, que son fiestas votivas del pueblo.)

11. Item, que lo convent  y monestir haja de tenir y tinga a càrrec de posar un religiós sacerdot en la hermita de St. Antoni pera tenir conte en aquella, tenint-la dexent hornada y segons convé al culto de Déu, donant-los per a hornar aquella la heretadeta y terra a la hermita anexa, ab obligació que del dia de St. Joan fins a lo dia de Tots Sants après seguent, lo dit sacerdot en los dies y festes manades diga y haja de dir una missa resada, conforme synodo, la caritat de la qual se haja de pagar y pague de la caritat y oferta mateixa, cert que exedirà la caritat de la misa en doble»(2) .

(11.Asimismo, que el dicho convento y monasterio haya de tener y tenga a cargo de poner un religioso sacerdote en la ermita de San Antonio para cuidar de ella y tenerla decentemente adornada y según conviene al culto de Dios, dándoles para cuidar aquella pequeña heredad y tierra aneja a la ermita, con obligación de decir una misa rezada los días festivos desde el 24 de junio al 1 de noviembre, que cobrará, según lo establecido sinodalmente, de los dineros y ofrendas, que sin duda excederán del doble.

Fray Jaime Jordán, en su Historia de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada Orden de los Ermitaños de Nuestro Gran Padre San Agustín(3), nos cuenta cómo fue la fundación en la Vila, así como la vida virtuosa de algunos de sus religiosos: 

«Grande era el afecto que los de Villajoyosa tenía a nuestra sagrada Augustiniana Religión, por lo cual deseaban tener de ella convento en su Patria. Tratáronlo con algunos religiosos de nuestro convento de Alicante, y éstos lo representaron al Padre Porvincial el Maestro Fray Gerónimo Cantó; el cual viendo que los de Villajoyosa ofrecían gustosos algunos medios congruos(4) para hacerse la dicha fundación, la aceptó. Sacáronse las licencias para ello necesarias, y luego envió el Provincial al Padre Lector Fray Juan Carrió, y al Padre Fray Inocencio Capilla, con otros dos religiosos, para tomar la profesión, como lo hicieron en octubre del año 1607. Este día se celebró la primera Misa en el nuevo Convento, con asistencia del Reverendo Clero, y de la Ilustre Villa, con gran regocijo de todos los habitadores de ella. Dedicaron esta iglesia, y Convento al Príncipe de los Apóstoles San Pedro; hicieron una concordia entre sí el Clero, y Convento, que el Clero tuviese el Altar el día de San Pedro en el Convento, y el Convento el día de Santa Marta, Patrona de la Villa, en la Parroquia; y hoy se observa con gran hermandad de ambas Comunidades. Tiene este convento una linda planta, y está perfectamente acabado: la iglesia es muy hermosa, y está muy bien labrada, y adornada de famosos retablos. Hacen los religiosos de este convento gran servicio a Nuestro Señor, y mucho fruto en las almas, así en confesar, y asistir a los enfermos, y moribundos, como en predicar, evangelizando la divina palabra por todos los lugares de aquella marina, que son muchos, y solos los obreros ordinarios son nuestros religiosos.

Luego que tomaron la posesión del Convento los referidos Padres, nombró el Provincial por primer Prior de él al dicho Padre Lector Carrió, hijo del Convento de Xátiva, religioso docto, y muy ejemplar, varón verdaderamente apostólico, y célebre predicador: que una cuaresma que predicó en dicha Villa, con sus sermones compuso las paces entre muchos, que ardían en fuego de venganza divididos en bandos, y redujo a muchos al camino de la virtud; entre ellos a Nuestro Venerado Padre Fr. Miguel Posidonio Mayor, que por su medio, y predicación dejó los bandos, y el mundo, y se retiró al sagrado de la religión, donde resplandeció en admirables virtudes, y con gran opinión de santidad, como se ha dicho en su admirable vida (Vida libro 2 capítulo 21).

Después en el siguiente año de 1608, en el Capítulo Provincial que se celebró en el convento de Valencia en 26 de abril, fue electo Prior el Padre Fray Inocencio Capilla, y enviaron conventuales a los Padres Fray Pedro Belsegor, y Fray Andrés Mayor, como consta en los registros de la Provincia. Estos padres con su celo, virtud, y ejemplo acabaron de fundar el convento. Fue el Padre Fray Inocencio Capilla natural de la Villa de Jérica, hijo de Jaime Capilla, y de Gerónima Cozar. Tomó el hábito en el Convento de San Agustín de Barcelona, y profesó el 7 de septiembre del año 1597. Tuvo otros dos hermanos en la Religión: el uno se llamó el Padre Fray Jaime Capilla, hijo del Convento de San Agustín de Valencia, donde profesó el 30 de septiembre del año 1577, y el otro Fray Bonifacio Capilla, hijo del Convento de Xátiva, que profesó el 5 de febrero de 1589, y todos tres fueron religiosos de mucha virtud y ejemplo; y en particular el Padre Inocencio, que con su prudencia y predicación hizo mucho fruto en los de Villajoyosa. Fue Prior de muchos conventos, y murió en el de San Agustín de Valencia, con todos los sacramentos, el 25 de octubre del año 1638, y de su edad 67.

Floreció en este convento de Villajoyosa, entre otros, un religioso Lego, llamado Fray Miguel Agulló. Fue éste natural de la misma Villa, el cual habiendo tomado el hábito de Nuestro Padre San Agustín, y profesado en el propio convento de Villajoyosa. Resplandeció en todo género de virtud, con ejemplo grande, no solo de los religiosos, sino también de los seglares. Era humildísimo, y de natural muy sencillo, y cándido, celosísimo de la religión, y muy dado a la oración y penitencia. Pasaba las noches enteras en la iglesia en oración, después del continuo trabajo de todo el día, y el breve descanso que daba a su cuerpo era sobre la dura tierra; y por no dormirse sembraba el suelo de piedras menudas y pedazos de teja, y se recostaba sobre ellas, para que este tormento le templase el sueño y le hiciese más sabroso y deleitable a su alma el descanso que daba a su cuerpo. Frecuentaba los sacramentos de la Confesión y Comunión todos los días con gran devoción y ternura de su alma; y antes y después empleaba largos ratos en oración, para disponerse y dar gracias al Señor. Su penitencia era pasmosa: comía lo más despreciado, y muy poco; ayunaba mucho, y muchas veces a pan y agua; maceraba su cuerpo con ásperos cilicios y rigurosas disciplinas, y otros malos tratamientos que le daba. Su obediencia a los Prelados era muy rendida; su pobreza austerísima; y su castidad, y pureza de un ángel. Murió en fin en el mismo convento de Villajoyosa, después de haber recibido los Santos Sacramentos, por los años de 1679, y a los 88 de su edad. A su entierro acudió toda la Villa a venerar su venerable cuerpo, llevados de la gran devoción que le tenían».

Pero si hay un fraile famoso natural de Villajoyosa e hijo de este convento es el Venerable Fray Posidonio Mayor (7 de julio de 1582 - +3 de diciembre de 1633)(5), cuya vida nos resume el Dr. Zaragoza Pascual en su estudio. Asimismo, el Dr. Zaragoza no señala tres frailes más que murieron con fama de gran virtud. Se trata de Jaume Joan Bta. Llorca, hijo de Gabriel Llorca y Hermenegilda, que profesó en Valencia en 1701; Josep Soler, que profesó como lego en el convento de San Pedro en 1725 y Gaspar Martínez, también profeso del mismo convento(6).

Vidal Tur añade más nombres de religiosos ilustres de La Vila. Nos dice que «a la biografía eclesiástica de Villajoyosa pertenece Fray José Llorca (1879). Docto y virtuoso fraile agustino, que fue profesor de Teología y Filosofía y nos legó importantes trabajos literarios. Fray Francisco Mayor (1744-1818). Religioso también agustino, que alcanzó fama de correcto literato; fue hombre de gran cultura, y de su pluma brotaron algunos libros»(7).

No es vana la mención de estos religiosos. Son hijos del pueblo de Villajoyosa. Sólo por esto su vida es digna de estudio y difusión. Sino que además, hay que tener en cuenta, en lo que el objeto de nuestro estudio de La Ermita se refiere, que si el convento se hacía cargo de la ermita de San Antonio, sin duda que estos religiosos celebrarían la Misa y algunos de ellos también otros sacramentos en dicho templo y administrarían su hacienda.

El Dr. E. Zaragoza señala: «El convento tenía tres ermitas de su propiedad. La primera, la de San Antonio de la Huerta que, como hemos visto, se la dio la villa en 1607 para que atendiera las necesidades religiosas de sus vecinos. En ella el convento tenía destacado un fraile sacerdote, que vivía junto a la ermita y hacía las veces de párroco hasta más allá de 1835.

El 19 de mayo de 1609, el convento compró un jornal de tierra de secano y otro medio jornal de regadío, junto a la ermita, por el precio de 230 libras, que recibió su propietario Jaume Torroella. Con ello agrandó la heredad de la ermita de San Antonio Abad.

Aunque en sus principios el convento de San Pedro y Santa Marta no tenía apenas propiedades, fuera del propio convento y de la ermita de San Antonio Abad, a base de donaciones y compras fue acrecentando su patrimonio, sobre todo en el siglo XVIII»(8).

Ya hemos señalado más arriba que a San Antonio Abad se le ha tenido tradicionalmente como especial protector de los animales. Quizá sea por esto por lo que, por un permiso especial «los agustinos criaban cerdos en La Ermita y continuaron con la tradición antigua de criar uno, que cada año era rifado el día de San Antonio Abad −que dicho sea de paso, era la Fiesta Mayor de invierno de La Vila, que los jurados de la misma se habían obligado [como hemos visto] a celebrar con voto−, al tiempo que bendecían otro pequeño para rifarlo al año siguiente, el cual dormía en un corral concreto, pero todo el día andaba suelto por las calles del lugar y comía las sobras que le daban los vecinos, de manera que cuando un niño andaba todo el día por la calle de un lado para otro, la gente le decía que: “Corre més que el porc de Sant Antoni (corre más que el cerdo de San Antonio)»(9).

1.También hace mención Madoz en su Diccionario de 1849 de la administración que hicieron los agustinos de la Ermita: «en él [término] se encuentran 3 ermitas, una en la huerta que perteneció al convento de agustinos, 1/2 hora de distancia de la villa en un populoso casco, dedicada a San Antonio, y en la cual se celebra misa todos los días, hallándose a cargo de un sacerdote exclaustrado, que sostiene el culto con limosnas de los fieles (pág. 16 de la obra citada)».

2.Archivo Histórico Nacional, de Madrid, sección de Clero Secular y Regular, Legajo 171 (Copia notarial de 1734). Citado en ZARAGOZA PASCUAL, E.; “El convento agustiniano de San Pedro y Santa Marta y el Venerable Fray Posidonio Mayor, de Villajoyosa”; Separata, REVISTA AGUSTINIANA, Vol XXXVI- Núm. 109. MADRID 1995. págs:187-189.

3JORDÁN, Fr. J., Historia de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada Orden de los Ermitaños de Nuestro Gran Padre San Agustín. Compuesta de cuatro reinos, Valencia, Aragón, Cataluña, y las Islas de Mallorca, y Menorca; dividida en cuatro partes. Parte Primera: contiene las fundaciones de los conventos de religiosos del Reino de Valencia y las vidas de sus insignes hijos, e hijas en santidad, letras y dignidades. Tomo Segundo, Valencia 1712, págs. 248-250.

4.Renta mínima de un oficio eclesiástico o civil, o de una capellanía, para poder sostener dignamente a su titular.

5.ZARAGOZA PASCUAL, E.; “El convento agustiniano de San Pedro y Santa Marta y el Venerable Fray Posidonio Mayor, de Villajoyosa”; Separata, REVISTA AGUSTINIANA, Vol XXXVI- Núm. 109. MADRID 1995. pág. 198. La referencia de nacimiento está extraída de la partida de bautismo del Archivo Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de Villajoyosa. Libro de bautizos, vol. I. El Dr. Zaragoza señala, en la referencia, que esta partida está en muy mal estado de conservación. El mismo Dr. Zaragoza publicó con introducción y notas, una biografía anónima del siglo XVII-XVIII del Archivo Municipal de Villajoyosa: Venrable Fray Posidonio Mayor (1582-1633), Madrid, Ed., Revista Agustiniana, 2004, 82 págs.

6.Ibidem, 204 y Archivo Histórico Nacional, Legajo 171 (Testamentos originales hechos antes de profesar), citado por el autor Zaragoza en o.c.

7.VIDAL TUR, G., Un obispado español de Orihuela-Alicante. Histórica exposición a todas las cristiandades. Tomo II, Alicante 1962, p.539.

8.Ibidem, 191-192.

9..Cf. De hecho los agustinos tuvieron problemas en la cría de cerdos, a causa de la provisión real del 19 de junio de 1703, promulgada en Valencia el 3 de enero de 1721 y mandada observar fielmente el 28 de junio de 1737, que prohibía a los religiosos dicha cría de cerdos, reservándola exclusivamente a los canónigos regulares agustinianos del hábito de San Antonio Abad, llamados popularmente antonianos. De manera que los agustinos tuvieron que hacer una concordia con el comendador de la casa-hospital de San Antonio Abad de Valencia (4-XI-1737), para que el convento de Villajoyosa pudiera continuar criando cerdos en la ermita de San Antonio. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. Sección de Clero. Leg. 171, Cf. E. ZARAGOZA, Fondo agustiniano vilero del Archivo Histórico Nacional de Madrid, Doc. 62, en Revista de Moros y Cristianos, de Villajoyosa, 2002. Citado en:  ERNESTO ZARAGOZA PASCUAL; “Noticias históricas sobre La Ermita de Sant Antoni, de Villajoyosa”; Revista de Fiestas de San Miguel, Villajoyosa 2003.


martes, 19 de marzo de 2013

La Vila Joiosa , en el siglo XIX, llegó a ser la segunda matrícula naval de España


Interesantísimo documento sobre la historia naval de Villajoyosa
Un documento del S. XIX revela los datos que llevaron a La Vila a ser la segunda matrícula naval de España
El Museo Municipal, durante la realización de la trascripción de la obra “Historia de Villajoyosa”, ha recuperado una lista de los buques construidos o comprados en Villajoyosa, desde el año 1801 al 1883
Este descubrimiento será de gran utilidad para abrir líneas de investigación en España, América y Filipinas, donde viajaron y, con frecuencia, se asentaron estas grandes naves y los numerosos capitanes vileros de altura del siglo XIX
El Ayuntamiento de La Vila Joiosa, a través de la Concejalía de Cultura y el Museo Municipal, durante la realización de la trascripción de la obra “Historia de Villajoyosa”, del historiador Ignacio Martí Miquel, ha recuperado, entre las más de 3.000 páginas, un documento histórico de extraordinaria importancia. Se trata de la lista, hasta hoy perdida, de la matrícula naval del puerto de Villajoyosa entre 1801 y 1883.
La concejala de Cultura, Loli Such, ha explicado que “se ha encontrado una lista o estado de los buques construidos o comprados en Villajoyosa, desde el año 1801 al 1883, su aparejo, nombre y toneladas. Este descubrimiento será de gran utilidad para abrir desde este mismo momento múltiples líneas de investigación en España, América y Filipinas, donde viajaron y, con frecuencia, se asentaron estas grandes naves y los numerosos capitanes vileros de altura del siglo XIX”.
La obra ‘Historia de Villajoyosa’ es la más antigua de las dos historias de Villajoyosa que se escribieron en el siglo XIX y comienzos del XX y la única que se conserva. Su autor, Ignacio Martí Miquel, gracias a la colaboración de un familiar que entonces ostentaba la Ayudantía Marítima de la localidad (Bartolomé Martí), aporta datos de enorme interés, que reflejan la importancia del puerto de La Vila.
“Tengamos en cuenta que en el s. XIX, el puerto de La Vila fue importantísimo para el comercio marítimo transoceánico con las colonias de la Corona española y para la construcción naval, hasta el punto de que llegó a alcanzar la segunda matrícula naval de España en la década 1860-1870. Además, su importancia está relacionada con el hecho de ser la salida marítima de todos los productos de la rica industria de Alcoy hacia ultramar”, ha destacado el Director del Museo Municipal y uno de los transcriptores de la obra, Antonio Espinosa.
El documento hallado en la “Historia de Villajoyosa” informa de hechos como que en el año 1850 pertenecían a la Marina de Villajoyosa 685 individuos, entre pilotos, patronos y gente de la matrícula que tripulaban los buques de la carrera de América y cabotaje de dicho distrito marítimo. Otros datos reflejan que en el año 1865 llegaron a Villajoyosa 235 buques, con 13.859 toneladas y 1.470 marinos; y salieron 211 embarcaciones, con 12.455 toneladas, y 1.386 marinos. Estas cifras ilustran el alcance de la potencia comercial marítima de la localidad, según los datos extraídos por el Museo Municipal.
“La información de la lista referida a las embarcaciones de comercio o transporte se conservó hasta hace años en la Capitanía Marítima de Villajoyosa, que mantenía su depósito en el Astillero de Bartolomé Zaragoza, en la playa de La Vila, con la mala fortuna que el astillero sufrió un incendio en el que se perdieron los libros, y con ellos unos datos de primerísima importancia para la historia de Villajoyosa y para la historia de la navegación comercial española”, ha señalado Loli Such.
El trabajo de trascripción de la “Historia de Villajoyosa” de Ignacio Martí Miquel se está haciendo en el Museo Municipal de Villajoyosa, por el voluntario cultural Francisco Martínez Zaragoza, y en estos momentos se llevando a cabo la revisión final para la publicación de la obra.
FUENTE: http://villajoyosa.tv/la-vila-joiosa-en-el-siglo-xix-llego-a-ser-la-segunda-matricula-naval-de-espana/

martes, 29 de enero de 2013

FRAY MIGUEL AGULLÓ, VILERO CON FAMA DE SANTIDAD


A principios del siglo XVII la villa de Villajoyosa era la más poblada e importante de todas las localidades existentes entre Benissa y Alicante. A causa de sus necesidades religioso-culturales se fundó en 1607 el desaparecido convento de Ermitaños de San Agustín, con el título de San Pedro y Santa Marta, cuya comunidad perduró hasta la desamortización decretada por el ministro Mendizábal en 1835; sus edificios fueron demolidos a mediados del pasado siglo XX. La desaparición de sus muros conventuales, y la persecución religiosa y anticlerical de 1936-1939, no han podido impedir que llegara hasta nosotros abundante documentación sobre este convento.


Fray Jaime Jordán, en su Historia de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada Orden de los Ermitaños de Nuestro Gran Padre San Agustín (1), nos cuenta cómo fue la fundación en la Vila, así como la vida virtuosa de algunos de sus religiosos: 

«Grande era el afecto que los de Villajoyosa tenía a nuestra sagrada Augustiniana Religión, por lo cual deseaban tener de ella convento en su Patria. Tratáronlo con algunos religiosos de nuestro convento de Alicante, y éstos lo representaron al Padre Porvincial el Maestro Fray Gerónimo Cantó; el cual viendo que los de Villajoyosa ofrecían gustosos algunos medios congruos(2) para hacerse la dicha fundación, la aceptó. Sacáronse las licencias para ello necesarias, y luego envió el Provincial al Padre Lector Fray Juan Carrió, y al Padre Fray Inocencio Capilla, con otros dos religiosos, para tomar la profesión, como lo hicieron en octubre del año 1607. Este día se celebró la primera Misa en el nuevo Convento, con asistencia del Reverendo Clero, y de la Ilustre Villa, con gran regocijo de todos los habitadores de ella. Dedicaron esta iglesia, y Convento al Príncipe de los Apóstoles San Pedro; hicieron una concordia entre sí el Clero, y Convento, que el Clero tuviese el Altar el día de San Pedro en el Convento, y el Convento el día de Santa Marta, Patrona de la Villa, en la Parroquia; y hoy se observa con gran hermandad de ambas Comunidades. Tiene este  convento una linda planta, y está perfectamente acabado: la iglesia es muy hermosa, y está muy bien labrada, y adornada de famosos retablos. Hacen los religiosos de este convento gran servicio a Nuestro Señor, y mucho fruto en las almas, así en confesar, y asistir a los enfermos, y moribundos, como en predicar, evangelizando la divina palabra por todos los lugares de aquella marina, que son muchos, y solos los obreros ordinarios son nuestros religiosos.

Luego que tomaron la posesión del Convento los referidos Padres, nombró el Provincial por primer Prior de él al dicho Padre Lector Carrió, hijo del Convento de Xátiva, religioso docto, y muy ejemplar, varón verdaderamente apostólico, y célebre predicador: que una cuaresma que predicó en dicha Villa, con sus sermones compuso las paces entre muchos, que ardían en fuego de venganza divididos en bandos, y redujo a muchos al camino de la virtud; entre ellos a Nuestro Venerado Padre Fr. Miguel Posidonio Mayor, que por su medio, y predicación dejó los bandos, y el mundo, y se retiró al sagrado de la religión, donde resplandeció en admirables virtudes, y con gran opinión de santidad, como se ha dicho en su admirable vida (Vida libro 2 capítulo 21).

Después en el siguiente año de 1608, en el Capítulo Provincial que se celebró en el convento de Valencia en 26 de abril, fue electo Prior el Padre Fray Inocencio Capilla, y enviaron conventuales a los Padres Fray Pedro Belsegor, y Fray Andrés Mayor, como consta en los registros de la Provincia. Estos padres con su celo, virtud, y ejemplo acabaron de fundar el convento. Fue el Padre Fray Inocencio Capilla natural de la Villa de Jérica, hijo de Jaime Capilla, y de Gerónima Cozar. Tomó el hábito en el Convento de San Agustín de Barcelona, y profesó el 7 de septiembre del año 1597. Tuvo otros dos hermanos en la Religión: el uno se llamó el Padre Fray Jaime Capilla, hijo del Convento de San Agustín de Valencia, donde profesó el 30 de septiembre del año 1577, y el otro Fray Bonifacio Capilla, hijo del Convento de Xátiva, que profesó el 5 de febrero de 1589, y todos tres fueron religiosos de mucha virtud y ejemplo; y en particular el Padre Inocencio, que con su prudencia y predicación hizo mucho fruto en los de Villajoyosa. Fue Prior de muchos conventos, y murió en el de San Agustín de Valencia, con todos los sacramentos, el 25 de octubre del año 1638, y de su edad 67.

Floreció en este convento de Villajoyosa, entre otros, un religioso Lego, llamado Fray Miguel Agulló. Fue éste natural de la misma Villa, el cual habiendo tomado el hábito de Nuestro Padre San Agustín, y profesado en el propio convento de Villajoyosa. Resplandeció en todo género de virtud, con ejemplo grande, no solo de los religiosos, sino también de los seglares. Era humildísimo, y de natural muy sencillo, y cándido, celosísimo de la religión, y muy dado a la oración y penitencia. Pasaba las noches enteras en la iglesia en oración, después del continuo trabajo de todo el día, y el breve descanso que daba a su cuerpo era sobre la dura tierra; y por no dormirse sembraba el suelo de piedras menudas y pedazos de teja, y se recostaba sobre ellas, para que este tormento le templase el sueño y le hiciese más sabroso y deleitable a su alma el descanso que daba a su cuerpo. Frecuentaba los sacramentos de la Confesión y Comunión todos los días con gran devoción y ternura de su alma; y antes y después empleaba largos ratos en oración, para disponerse y dar gracias al Señor. Su penitencia era pasmosa: comía lo más despreciado, y muy poco; ayunaba mucho, y muchas veces a pan y agua; maceraba su cuerpo con ásperos cilicios y rigurosas disciplinas, y otros malos tratamientos que le daba. Su obediencia a los Prelados era muy rendida; su pobreza austerísima; y su castidad, y pureza de un ángel. Murió en fin en el mismo convento de Villajoyosa, después de haber recibido los Santos Sacramentos, por los años de 1679, y a los 88 de su edad. A su entierro acudió toda la Villa a venerar su venerable cuerpo, llevados de la gran devoción que le tenían».

Fuente: GALLARDO VALENZUELA, JUAN ANTONIO, Una memoria propia.

______________________
1. JORDÁN, Fr. J., Historia de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada Orden de los Ermitaños de Nuestro Gran Padre San Agustín. Compuesta de cuatro reinos, Valencia, Aragón, Cataluña, y las Islas de Mallorca, y Menorca; dividida en cuatro partes. Parte Primera: contiene las fundaciones de los conventos de religiosos del Reino de Valencia y las vidas de sus insignes hijos, e hijas en santidad, letras y dignidades. Tomo Segundo, Valencia 1712, págs. 248-250.

2. Renta mínima de un oficio eclesiástico o civil, o de una capellanía, para poder sostener dignamente a su titular.

martes, 22 de enero de 2013

Presentación del libro "Una memoria propia", por el Diputado Provincial Don Adrián Ballester



PRESENTACIÓN DEL LIBRO: 
UNA MEMORIA PROPIA. Historia de La Ermita de San Antonio Abad de Villajoyosa

de Juan Antonio Gallardo Valenzuela


Querido Juan Antonio Gallardo, autor del libro 
Estimada Concejal de Cultura, Charo Escrig
Concejal de Cultura de Elche, Pablo Ruz
Comisión de Fiestas de San Miguel
Señoras y señores
Buenas tardes

Hace unas semanas que Juan Antonio Gallardo me invitaba a presentar su libro, un honor que pensara en mi para un día tan señalado en su vida. Me pedía que versara sobre el trabajo realizado después de mas de 10 años de documentación y trabajo de escritura de una parte de la historia de su pueblo. Te agradezco mucho tu invitación.

Juan Antonio nació en Villajoyosa el 23 de septiembre de 1981. Se ha formado en el seminario diocesano de Orihuela, obteniendo la Licenciatura de Estudios Eclesiásticos, el Bachiller en Sagrada Teología y el Bachiller en Filosofía, entre el Teologado Diocesano de Orihuela-Alicante, la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia y la Facultad de Filosofía San Dámaso de Madrid.

Actualmente cursa la Licenciatura de Filosofía en la Facultad de Filosofía San Dámaso de Madrid y el Master en Humanidades en Ciencias Sociales en la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona. 

Ha trabajado como bibliotecario en el Seminario Diocesano, como profesor en una academia, como profesor de Religión y Moral Católica en diferentes ciudades como Lorca, Mazarrón y el Colegio CEU Jesús María de Alicante. Actualmente es profesor de filosofía y ciudadanía en el Colegio El Valle de Alicante.

Juan Antonio es una persona enamorada de Dios, que sirve a la Iglesia y a la sociedad desde el ambiente en el que se mueve, como laico, intentando cambiar el mundo dentro de sus posibilidades.

Su trabajo ha sido minucioso. El libro, dedicado a su madre, intenta transmitir la imagen fiel de la Historia de la Ermita de San Antonio Abad de Villajoyosa. Juan Antonio Gallardo indica en su obra que “era de justicia que yo devolviera a mi tierra algo de lo que ella me había dado a mí”.

Con su libro, pretende “hacer un pequeño homenaje que ayude a contribuir el conocimiento de la historia de La Vila, lugar que podría ser calificado como cuna de sabiduría, y  de personas que pertenecen al elenco de aquellos que han hecho grande a España, jalonando los tiempos con el ejemplo de sus vidas” dicho en sus propias palabras.

El trabajo tiene su origen embrionario en artículos que escribió en la Revista de Festes de Sant Miquel de La Ermita de Villajoyosa, en investigaciones personales suyas, en multitud de documentos archivados y  ocultos bajo el polvo, cartas, etc., y en una acuciante necesidad personal, como indicaba anteriormente.

Las fuentes de la documentación se basan en la investigación de documentos de origen eclesiástico, libros parroquiales, libros de la santa visita, cartas, constituciones, etc., pero en un segundo momento amplió los horizontes de la investigación para contextualizar los hechos a los que hace referencia, echando mano de los necesarios datos de origen laico.

En la obra,  recorre,  según él “de  forma somera”, las diversas etapas históricas que han configurado el Barrio. El capítulo primero nos da cuenta de la antigüedad de este lugar, señalando que los primeros vestigios de asentamientos humanos se remontan a la Edad de Bronce, pasando por  la época romana. Dando noticia de todo esto, la obra recorre, los siglos VIII-XIII, para rememorar  −entre conquistas, moros, y  piratas− las gestas de Jaime I y  Jaime II. 
“¿Qué pasó en La Ermita durante este periodo? ¿Vivía alguien allí? ¿Qué tiene que ver San Antonio Abad en todo esto?” se pregunta el autor.

En  el  capítulo  segundo  se aborda  uno  de  los acontecimientos que deben ser tenidos como piedra miliar en la historia de Villajoyosa: el permiso de feria de 1533.

Con el siglo XVII llegaron a Villajoyosa los frailes agustinos y  con ellos una gestión más eficiente en las obras de caridad y  en las haciendas de la Iglesia, entre las que estaba la ermita de San Antonio Abad. De esta “interesantísima” etapa queda mucha documentación, cuyo estudio se aborda desde los datos aportados por el Dr. Ernesto Zaragoza. Además, la presencia de los frailes en Villajoyosa dejará toda una estela de personas cuya memoria se halla hoy muy descuidada.

Analizar  las necesidades religiosas de un lugar a lo largo de los siglos es camino de una  investigación histórica segura, ya que los datos aportados dan pista de la economía y  crecimiento de una ciudad, de la calidad de sus gobernantes, etc. La documentación eclesiástica a nuestro alcance, ha permitido trazar una panorámica que va desde los siglos XVIII al XX, con noticias curiosas de La Ermita de las que se da cuenta en el capítulo cuarto. La Ermita ha dado ejemplo de grandeza en las empresas comunes; en 1913  los habitantes de este barrio, por  encima de toda  división política, unieron todas sus fuerzas para construir un campanario para su antigua ermita. En el capítulo quinto se ve el proceso de construcción y  quiénes fueron sus protagonistas.
De este capítulo me ha chocado el presupuesto de la construcción del campanario de la iglesia. Un coste de 5.433 pesetas, donde faltaron 175 pesetas de los ingresos recaudados.

El capítulo sexto se aproxima a uno de los episodios más dolorosos de la historia de España en el siglo XX: la Guerra Civil de 1936.

A lo largo de la obra el nombre del barrio y  del templo, a los que se hace referencia, se confunden, ya que la palabra ermita es utilizada como topónimo (en mayúscula “La Ermita”), y  como un simple sustantivo (en minúscula “ermita”). Esto debe su explicación a que hasta 1953, en Villajoyosa, la palabra “ermita” sintetizaba a un tiempo los nombres de un barrio y  un templo, ya que éste último era erigido a la categoría de parroquia. Por eso, se puede decir que el capítulo séptimo trata también sobre el nombre del Barrio de La Ermita de San Antonio Abad. Sin la documentación eclesiástica, fuente principal de información de la que se ha valido, sería imposible el estudio de la historia de La Ermita. Uno de los principales tipos de documento de los que se ha valido es el de las Santas Visitas (visitas pastorales). Por ello, en el capítulo octavo, se explica en qué consiste una de estas “visitas”, tomando como ejemplo la que tuvo lugar en 1966.

Da la casualidad que el acta de esta visita está certificada por un ilustre de mi municipio, Redován, el monseñor Ildefonso Cases, fallecido hace apenas unos meses.

 El capítulo noveno quiere hacer algo de justicia a algunas de las personas que se han ganado un puesto en la historia de La Ermita, y  de toda Villajoyosa, por la trayectoria de sus vidas, como el Doctor Esquerdo, que lleva su nombre un centro de salud mental de la Diputación de Alicante.

Es intención del autor abordar un estudio biográfico más amplio en el futuro. No quiere ser un ensayo una exaltación localista, en lo que a lo telúrico se refiere. “Esto sería un objetivo muy  pobre”, según Gallardo, “para el que no merece la pena desperdiciar ni una gota de tinta”. 

De destacar también la relación del propio autor con el reverendo D. Luis Ángel Alonso, párroco de San Antonio Abad en el año 2005. Al poco tiempo de llegar le fue diagnosticado un cáncer. “La  pulcritud  litúrgica,  su   amor  a  la  Eucaristía,  al Confesionario, su tierna devoción a la Santísima Virgen, y  a San Miguel, nutrían y caracterizaban su espiritualidad” relata el autor, donde también indica:

Yo,  el  autor  de  estas  letras,  que  no  puedo  contener las lágrimas al relatar estos acontecimientos, me despedí de él en la puerta de su habitación en la Casa Sacerdotal, y  él desde la cama me decía adiós con la mano, mientras repetía: «−Juan, nunca sabrás cuánto te he querido, adiós, hasta el cielo−». Cuando recibía visitas en su habitación, alentaba a los que lo visitábamos, disimulando su  dolor o restándole importancia. A todos nos sorprendía cuando definía su enfermedad como «un regalo de Dios».”

La historia de Villajoyosa tiene unos sólidos fundamentos asentados en el Cristianismo; por  eso su historia, por lo que tiene de universal, deja de ser la de un lugar aislado, para convertirse en lo que es: parte de la Historia de España.

En su libro tienen citas que influyen en su pensamiento, como Su Santidad Benedicto XVI, Santo Tomás de Aquino o Aristóteles.



Algunas citas que me gustan:

Todos  somos  herederos  de  una  historia  concreta; pertenecemos a una tierra, no porque lo hayamos elegido, sino porque se nos ha dado. Nuestra naturaleza y  la de nuestra tierra, en su causa más profunda se identifican.
Sin historia ni tradiciones, sin el Cristianismo, no nos podemos comprender a nosotros mismos, ni tampoco caminar hacia el futuro; porque el futuro no se construye desde la nada. La nada, nada produce. Pertenecer a una tierra y  no conocer sus orígenes históricos, es como pertenecer  a una familia y  no saber quiénes son los propios padres.

A veces los españoles corremos la tentación de caer en el 

típico cainismo que nos hace aborrecer nuestro pasado, como si de él tuviéramos que avergonzarnos. Postura es ésta que va siempre acompañada de un gran desconocimiento de la Historia, por  ignorancia culpable o por intereses de terceros. 

Una mentalidad que desprecia su pasado tiene como consecuencia el desinterés por la Historia. «Esto produce una sociedad que, olvidando su pasado, y  por tanto desprovista de criterios adquiridos a través de la experiencia, ya no es capaz de proyectar  una convivencia armoniosa y  un compromiso común con vistas a la realización de objetivos futuros. Esta sociedad está muy expuesta a la manipulación ideológica».  Huyamos, pues, como de la peste de esta tentación. 
Somos herederos de un pasado glorioso. La lucha en las costas 
de La Vila es la historia de dos civilizaciones que se acrisolaron a la sombra de la Media Luna o de la Cruz. Por la victoria de la Cruz, hoy  Occidente es la cuna de las libertades de los pueblos, la impulsora de los grandes descubrimientos, y  la  artífice de las  victorias de las que se ha beneficiado la Humanidad.


Para finalizar,

Este libro que lleva mas de 10 años elaborándose por su autor, servirá para obtener dinero para las fiestas patronales del barrio de San Antonio Abad de Villajoyosa, que es de los más emblemáticos de esta Ciudad.

También tengo la suerte de que vuestro barrio y mi pueblo, Redován, compartamos patrón San Miguel.

San Miguel es uno de los siete arcángeles y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia. Los otros dos son Gabriel y Rafael. La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los espíritus celestiales", "jefe o cabeza de la milicia celestial". Ya desde el Antiguo Testamento aparece como el gran defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en el Nuevo Testamento.

Las fiestas de La Ermita son muy populares entre los vecinos de La Vila y de la zona, ya que se trata de los festejos más antiguos del municipio y de la comarca y se celebran en honor al Patrón de la localidad, San Miguel. En diciembre de 1533, el Rey Carlos V concedió a la villa de La Vila el permiso para poder celebrar mercado y feria anual a perpetuidad desde las fechas de celebración de la festividad de San Miguel hasta la de Todos los Santos.

La relación de esta feria con San Miguel se debe a que la fecha del santoral coincide con el final de muchas cosechas (algarroba, uva y almendra en el caso de La Vila), que se venderían en el mercado solicitado por La Vila y concedido por el Rey Carlos V. La instauración de un mercado incentivaría la actividad comercial y riqueza para la villa, de ahí el culto al Arcángel y asociarlo con la feria, que hasta la actualidad se viene celebrando cada año.
La Vila tuvo desde entonces a San Miguel como Patrón y su festejo central hasta que compartiera el patronazgo con Santa Marta unos años después (tras el intento de invasión berberisca en 1538). Con el paso de las décadas la importancia de las ferias fue relegada por el desarrollo de nuevas vías de comunicación y, por tanto, del comercio. Fue entonces cuando la feria de San Miguel y sus festejos se trasladaron a La Ermita de La Vila, principal foco agrícola de la villa.

La Vila, villa real, era uno de los principales focos de población de la comarca y una ciudad importante en cuanto a actividad comercial, tanto era así que contaba con un Síndic en las Cortes Reales (representante de la villa real) que en el momento de pedir formalmente el permiso real para celebrar feria era Jaume Llinares. El permiso de Feria era importante puesto que acreditaba la importancia de la población y aportaba tropas reales para garantizar la seguridad de todos los participantes y asistentes; se trataba de un momento en el que los asaltos en caminos y los ataques por mar berberiscos se sucedían continuamente.

En 1533, primera fecha documentada de la Feria, sólo existían este tipo de mercados en el Sur del Antiguo Reino de Valencia en Xàtiva (1250), Elche (1326), Cocentaina (1349), Alicante (1383), Albaida (1387) y Onteniente (1418). Sólo se concedían permisos a villas con población elevada, con actividad comercial y que se ubicaran en puntos estratégicos, características que la villa de La Vila cumplía con creces en aquel momento.

Querido Juan Antonio, te doy la enhorabuena por este gran trabajo que has realizado, y que los vileros y vecinos de este barrio podrán disfrutar. Gracias.